El compuesto químico beta-caryophyllene, encontrado en la lavanda y el romero, así como en varias hierbas y especias como la pimienta negra, mejora el proceso de cicatrización cuando se aplica de manera tópica, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Indiana de Estados Unidos.

En una publicación de la universidad, los investigadores explican que dicho componente aplicado en heridas de ratones, mostró un aumento en el crecimiento celular del tejido de la piel, además de una mayor expresión genética de las células madre del folículo piloso (parte de la piel que da crecimiento al cabello).

“La forma en que cambió la expresión genética también sugiere no sólo una mejor cicatrización de heridas, sino también la posibilidad de una menor formación de cicatrices y una recuperación más completa”, señaló la autora del estudio, Sachiko Koyama.

Explicó que en el proceso de curación de heridas hay varias etapas, de las cuales la primera es la fase inflamatoria, seguida por la etapa de proliferación celular y la etapa de remodelación.

Por lo que, indicó, suprimir alguna etapa con el compuesto beta-caryophyllene podría acelerar la recuperación: “pensé que tal vez la curación de heridas se aceleraría si se suprimiera la inflamación, estimulando un cambio a la siguiente etapa”.

Koyama comentó que dicha investigación, publicada en la revista Plos One, podría conducir a mejorar tratamientos para las lesiones de la piel de los humanos.

Sin embargo, señaló que es recomendable que las personas no comiencen a tratar sus lesiones con cualquier aceite esencial, pues la investigación se aplica a un compuesto químico muy específico con pureza conocida.

“No es muy preciso usar los aceites esenciales en sí mismos porque hay diferencias; incluso, en el caso de la lavanda, depende de cómo y dónde se cosechó, cómo se almacenó, todo hace una diferencia en la composición química”, apuntó.